Te amo…
Te amo
de una manera inexplicable,
de una
forma inconfesable,
de un
modo contradictorio,
Te amo,
con mis
estados de ánimo que son muchos
y
cambian de humor continuamente
por aquello
que ya sabes,
el
tiempo, la vida, la muerte...
Te amo
con el
mundo que no entiendo,
con la
gente que no comprende,
con la
ambivalencia de mi alma,
con la
incoherencia de mis actos,
con la
fatalidad del destino,
con la
conspiración del deseo,
con la
ambigüedad de los hechos...
Aún
cuando te digo que no te amo, te amo...
Hasta
cuando te engaño, no te engaño...
En el
fondo, llevo a cabo un plan
para
amarte mejor,
pues,
aunque no lo creas mi piel
extraña
enormemente
la
ausencia de tu piel...
Te amo,
sin
reflexionar, inconscientemente,
irresponsablemente,
espontáneamente,
involuntariamente,
por
instinto,
por
impulso,
irracionalmente…
En
efecto no tengo argumentos lógicos,
ni
siquiera improvisados
para
fundamentar este amor que siento por ti,
que
surgió misteriosamente de la nada,
que no
ha resuelto mágicamente nada,
y que
milagrosamente, de a poco, con poco y nada
ha
mejorado lo peor de mi…
Te amo…
Te amo
con un cuerpo que no piensa,
con un
corazón que no razona,
con una
cabeza que no coordina.
Te amo
incomprensiblemente…
Sin
preguntarme, por qué te amo,
sin
importarme por qué te amo,
sin
cuestionarme por qué te amo,
Te amo
sencillamente
porque te amo...
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